El Yoghurt
Soy una fiel defensora de los lácteos. No solo por el delicioso sabor de todas sus presentaciones, sino también por sus bondades y beneficios para el cuerpo humano. Como muchos saben porque lo he compartido en este espacio, tuve una infancia feliz en el rancho de mi papá y pensar en el rancho necesariamente me lleva a recordar las vacas, cómo aprendí a amarlas, a cuidarlas, a ordeñarlas y a disfrutar de lo que pueden compartirnos.
Como la mayoría de los mexicanos, mi
primer lácteo fue la leche. Con chocolate, cereal, en licuado o sola en un
vaso, la leche ha sido mi fuente de
calcio más importante y un componente básico en mi alacena. Después, y no
de menor importancia, aparecieron los
quesos, maravilla del mundo, manjar de Dios y definitivamente uno de mis
alimentos favoritos. Suaves, fuertes, maduros, frescos; untado en pan, en
medio de una quesadilla, con pasta, o simplemente a mordidas, el queso es una
de las cosas que más disfruto en mi vida.
Presentaciones hay muchas,
sabores más. Cualquiera que sea esta, el
yoghurt ha entrado a mi vida para quedarse en ella, desde el que consumo
por la mañana antes de hacer ejercicio, hasta el que tomo en la noche cuando el
cansancio ya no me ayuda para levantarme a preparar una cena completa.
A lo largo de estos años pude constatar que efectivamente la misión del Grupo se vive día a día en
todas sus divisiones (Lácteos –Danone; Aguas –Bonafont; Fórmulas Infantiles
–Aptamil, y; Alimentos a base de planta -Whitewave) y eso me motivó con mayor
ahínco a luchar por la salud de los mexicanos a través de la trinchera que me
tocaba defender. Representar a Grupo
Danone ante instituciones y gobierno ha sido un honor que agradezco a la
vida y a quienes me permitieron hacerlo. No tengo duda que esta es una de las experiencias más enriquecedoras, bonitas y felices que me ha regalado la vida y, lo mejor de todo, la gente maravillosa que sé que se queda conmigo más allá de la oficina.
Hoy mi carrera da un giro profesional hacia otros caminos, pero definitivamente
puedo decir gustosa que en mi vida el
yoghurt ha sido bueno para mi estómago… y para mi corazón. Hoy puedo decir que, en mi parte profesional, mi corazón es de yoghurt.
Amante del Buen Comer
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