LA BELLA ÁFRICA

Tan lejana y a la vez tan inmersa en nuestras vidas; tan rica en recursos y tan divididas sus clases sociales; tan deseada por todos y tan mística en su totalidad. Así es África, el continente de piel obscura, de los cálidos paisajes coloridos, las selvas enigmáticas y el origen de la humanidad.

Personalmente no he tenido la fortuna de estar por aquellas bellas tierras. A pesar de ello, la curiosidad por conocer más de ella y algún día deleitarme con sus imágenes, es algo que sí está presente en mi espíritu viajero. Sin embargo, la globalización es maravillosa y, a pesar de no estar físicamente en los lugares, el movimiento de personas y productos nos permite deleitarnos de otros espacios sin movernos del propio. Así es como, gracias a recomendaciones y so pretexto del cumpleaños de una querida amiga, conocí un pedacito de este majestuoso lugar en el restaurante La Bella África.

La Bella África está ubicado en el primer piso de una pequeña plaza en Juriquilla, Querétaro. El lugar, desde que entras, cautiva y atrapa en la atmósfera de la sabana, con decorados perfectamente calculados simulando naturaleza, pieles animales, objetos emblemáticos y vivos colores, todo ello acompañado de música típica. 

Además, el lugar es atendido por personal de Nigeria, quienes definen al restaurante con un espacio con concepto, especializado en auténtica cocina tradicional, cuyos platillos son hechos con ingredientes frescos y naturales importados de varias partes de África, cuyo menú está diseñado para reflejar temas étnicos, culturales, sociales y hasta políticos.

John, quien era mi anfitrión ese día, me compartió un libro con toda la información del lugar, el porqué de cada cuadro, detalle, máscara, escultura y música. A lo largo de sus páginas pude deleitarme con rica información que me permitió adentrarme más y más en la idea africana.

Con el ánimo de dar un tour por lo más representativo, estos fueron los platillos que degustamos:

Puff Puff. Unas ricas bolitas de harina de trigo, fritas, con azúcar y nuez moscada, fueron el preciso plato de bienvenida y apertura de apetito.

Plátano frito y estofado. El siguiente invitado de la mesa fue uno delicioso plátano macho, acompañado de un exquisito estofado de carne bien especiado y aromático. La mezcla entre lo dulce y lo salado, generaron una grata sensación de placer.


Arroz frito con pollo peri-peri. Si bien a primera vista pareciera como cualquier pollo con arroz, la cocción y preparación definitivamente nos sacaron del tradicional plato mexicano. Particularmente el arroz fue lo que más disfruté en esta combinación. 

Suya. Brocheta de carne de res, cacahuate y especias. Confieso que la fuerza de las especias me desconcertó, pero sin duda es un platillo que hay que probar para adentrarse en los sabores africanos. 

La velada fue muy amena, el ambiente propició a ello y la buena comilona más. Así pues, queridos amantes del buen comer y el buen viajar, los invito a que cuando anden por tierras de Conín (léase, Querétaro), no dejen de visitar este pequeño pedacito africano, lleno de vida y calidez.

¡Buen Provecho!

Amante del Buen Comer


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